Nuevos retos: Blockchain y las criptomonedas
La tecnología Blockchain, o cadena de bloques, es una tecnología destinada a tener un impacto enorme en todos los ámbitos de nuestras vidas. Conocida por ser la base tecnológica del bitcoin, este sistema es una base de datos compartida que registra en un libro mayor todas las operaciones entre todos sus usuarios, desde transacciones económicas hasta operaciones de compra-venta. Una de sus características es la inmutabilidad de la información que consta en los bloques y de esta manera, se garantiza la seguridad y fiabilidad de la información.
Esta tecnología fue creada para dar vida a la primera criptomoneda (cuyo concepto ya hemos tratado anteriormente en el blog), que empezó a operar bajo el nombre de Bitcoin. Aunque el Bitcoin fue concebido como un método de pago punto a punto, su tecnología puede servir para desarrollar no solo dinero digital, sino todo tipo de aplicaciones como los smart contracts, hacer funcionar dispositivos IoT, registrar y almacenar datos, o hacer transacciones privadas.
Es precisamente en las virtudes de estas dos tecnologías donde surge la necesidad de regulación jurídica ya que ha servido como plataforma para la especulación económica sobre el valor de las criptomonedas, estafas y el blanqueo de capitales.
A nivel europeo, el pasado mes de febrero la Comisión Europea puso en marcha el Observatorio y Foro de Blockchain de la Unión Europea[1] con el objetivo de promover su uso y destacar sus avances más significativos. Dado el interés del legislador europeo por la privacidad y la protección de los datos de los ciudadanos, cabe esperar que próximamente se promulgue una directiva o reglamento que regule expresamente esta tecnología.
Aunque no existen actualmente regulaciones específicas, sí que se cuentan con normas que tratan de mitigar los riesgos asociados a la tecnología Blockchain. Concretamente, el Parlamento Europeo ha promulgado la quinta directiva comunitaria contra el blanqueo y la financiación del terrorismo. En esta directiva se exige la identificación de las personas que intervienen en las transacciones mediante criptomonedas con el fin último de mitigar el riesgo de blanqueo de capitales.
En definitiva, esta tecnología brinda numerosas oportunidades y avances a la sociedad. Sin embargo, en tanto establece relaciones entre partes con intereses comunes, sería recomendable que se aclaren aspectos concretos sobre la tecnología y que la doten de seguridad jurídica para así evitar malas prácticas como el fraude, el blanqueo de capitales o la especulación bursátil sobre el precio de las criptomonedas.
[1] https://www.eublockchainforum.eu/
Gregory Mannix
Consultor/Advisor en @govertis
Expertos en Ciberseguridad, Privacidad, IT GRC y Cumplimiento Normativo unificando la perspectiva Legal y Tecnológica.